Sobre una colina de capas yesosas desde la que domina los Llanos de la Violada, al sur del Pantano de la Sotonera y a 30 kilómetro de Huesca, se yergue Alcalá de Gurrea, un pueblo a orillas del río Sotón cuya población es de apenas 250 habitantes. Y sin embargo, esta localidad de la Comarca de La Hoya cuenta con ni más ni menos que tres monumentos declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Uno cada 85 habitantes, aproximadamente. Eso de momento, porque Alcalá está en trámites de conseguir la declaratoria de un cuarto.
Los que ya cuentan con ese reconocimiento son la Atalaya, la Ermita de los Agudos y la Torre Vieja. Y el pueblo espera conseguir sumar pronto a la lista su muralla árabe.
"Se trata de una muralla del siglo X, de construcción muy sólida y de unas dimensiones que hacen pensar a los expertos que Alcalá de Gurrea debió ser una localidad muy importante en aquella época", sostiene el alcalde, José Eugenio Marín.
DATACIÓN DE LAS MURALLAS
Marín está convencido de que su pueblo tiene una potencial turístico escasamente conocido, razón por la cual se sumó al proyecto Pueblos Contados, promovido por la Comarca de la Hoya. Se trata de "un programa de visitas guiadas por interesantes conjuntos urbanos de la Comarca para dar a conocer su historia, su arte y también sus leyendas", indica.
El alcalde quiere implicar a los vecinos del pueblo en esta iniciativa y que sean ellos mismos los que lleven a cabo los recorridos guiados con los visitantes que se acerquen al lugar. Por ello, se ha convocado el día 29 de diciembre a una charla informativa en la que un guía turístico enseñará cómo realizar estas visitas a los voluntarios que quieran participar. "La idea es que comiencen en el verano de 2020", adelanta Marín.
UNA GUÍA POR LOS TRES BIC
De la restaurada Ermita de los Agudos podrán contar que data de mediados del siglo XIII y que forma parte del Camino del Santo Grial, la ruta que supuestamente siguió la legendaria reliquia desde San Juan de la Peña hasta Valencia entre los siglos XIV y XV, para resguardarla.
Y sobre la Torre Vieja, que son los restos arqueológicos que quedan de un antiguo castillo sobre un monte conocido entre los locales como Monte Gurugú.
A estos atractivos se suman la torre de estilo mudéjar de la Iglesia de San Jorge y las cuevas-vivienda y bodegas subterráneas diseminadas por el casco urbano.
Con esta iniciativa, Marín quiere poner en el mapa a Alcalá de Gurrea e intentar asentar la población. "En estos momentos somos en torno a 250 habitantes y aunque podemos decir por fortuna que el pueblo no tiene a ninguna persona en paro, es cierto que hemos bajado algo la población", lamenta.
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